Si la cultura es la cosecha de nuestros hábitos, hagamos de lo positivo un acto diario.
La verdad es que antes de nosotros ser, ya somos cultura. Venimos al mundo con creencias preestablecidas, religión, ciudad, país, región, apellido, color de piel, idioma y algunas veces hasta con profesión obligatoria y pareja escogida.
La cultura y las creencias no son distantes; de hecho, nacen una con la otra e inmediatamente se implementan en nuestra vida. Todo va bien hasta que llega la consciencia, sí con ‘s’, porque hasta la conciencia se encuentra influida por tu cultura y creencias. Y nos cuestionamos: por qué esta es mi religión y no aquella, por qué ser rico es bueno o malo, por qué me gusta el frío y no el calor.
Si nos basamos en el concepto de: la cultura es todo aquello a lo cual se le rinde culto por su antigüedad; se puede decir que hasta cepillarse los dientes, ir al gimnasio e ir a la escuela es cultura. Y todo eso no es más que un hábito.
En base a esto, ¿qué es cultura para ti? hacerte preguntas “tontas” pero inusuales te permite abrirte caminos hacia otras identificaciones que dabas por sentadas para no establecerlas en tu vida.
Es necesario preguntarnos si este hábito, creencia o cultura es funcional para mí, porque caer en piloto automático es más común de lo que parece y para vivir en positivo se vuelve imperativo tomar el control de mando de nuestro propio avión. De otro modo, dejarás que los demás manejen tus creencias por ti.
La cultura está asociada con progreso
En mi país, los concursos de belleza son cultura, y si bien, es algo hermoso y de lo cual nos sentimos orgullosos, esto ha causado que la sociedad tenga cierta vehemencia por la mujer perfecta. Y yo siempre me pregunto ¿cuántas mujeres, y hombres también, han matado la autoestima de alguien por las exigencias de nuestra propia cultura?, ¿te parece bien que esta cultura, hábito o creencia la debes implementar en tu vida?, ¿te haría bien poner tu valor como persona en un concurso?
Las creencias forman culturas. Por ejemplo, creer en un Dios que vino al mundo a través de una mujer que siempre ha sido virgen, 12 personas que lo siguieron hasta su resurrección, entre otras cosas, hace que dediques tu vida a seguir las normas preestablecidas por o para formar parte de una religión, rigiéndote en base a todo lo que se me impone (porque pocas veces se nos pregunta si nos gusta o no).
Todo esto está bien si ya te has preguntado, que sin duda alguna, esos requerimientos de ser católico, cristiano o de cualquier religión te hacen feliz. Y para saber esto es necesario conocerte, ya que si no te conoces das las cosas por sentadas y empiezas a vivir en piloto automático.
¿Con las creencias que te estás cultivando hoy piensas que tu cosecha va en #progreso?
Mucho viento en contra,
Alejandra Castillo.